jueves, 19 de julio de 2012

Un apunte sobre la morosidad en la banca

El Banco de España acaba de publicar los datos de la banca española con las cifras de morosidad y, en prácticamente todos los periódicos y medios de comunicación, se realiza la comparación de la tasa actual (8,95%) frente al máximo al que se llegó a inicios de 1994 con un porcentaje del 9,15%.

Imagino que algunos habrán incluso reaccionado con un cierto sentimiento de alivio, pensando que todavía nos queda un margen. Lamento desilusionarles, caigo en el tópico diciendo que todas las comparaciones son odiosas, pero esta además está mal construida y no refleja con exactitud el problema en el que estamos.  Las razones son las siguientes:
  • La tasa que aparece en 1994 se debe, si no en exclusiva, si en un porcentaje importante a un solo Banco (Banesto) que al ser intervenido, los nuevos gestores decretaron que muchos préstamos que estaban en situación complicada o incluso simplemente mala se pasasen directamente a dudosos y morosos. Esto se hizo de forma prácticamente global y sirvió para que se pudiese decir que todos los préstamos en situación irregular se debían al anterior equipo gestor. Es decir, el nuevo equipo directivo entraba con una cartera de créditos que podíamos llamar impoluta. 
  • Si de la tasa de morosidad de 1994 se excluyese a Banesto, el porcentaje para el resto de la banca estaría en el entorno del 6%. Frente a esto, hoy no parece que haya ninguna entidad que tenga una tasa de morosidad excesiva pero no hay ninguna en el que los nuevos gestores hayan entrado desvelando todos los problemas que tienen (casos de Bankia o Novagalicia Banco). Junto a esto, las entidades que sí han mostrado en público sus préstamos morosos (Banco de Valencia, Caja Castilla La Mancha o Cajasur) no representan a nivel global, el porcentaje de activos que Banesto representaba en aquel momento para toda el sistema bancario español. 
  • Tanto 1994 como los primeros meses de 1995, son momentos muy duros para la economía española con unas tasas de crecimiento del PIB bajas (menos del 0,5% trimestral) y unas cifras de paro en torno al 24% de la población activa. Ahora se van a quedar boquiabiertos; en  este entorno complicado, la tasa de morosidad en la banca española cayó del 9,15% a menos de un 6% (cifra todavía alta) en 1995, mientras que a finales de 1996 cuando se había empezado a recuperar la economía la cifra se encontraba en torno al 4%. 
  • La explicación es bastante sencilla; si el crecimiento de la morosidad se debió a un mayor pase de préstamos a situación de dudoso / moroso de forma excesiva, la recuperación o reestructuración de esos préstamos hace que vuelvan a considerarse cartera normal y salgan de situación irregular. 
  • Comparativamente, la cifra que tenemos ahora no deja de crecer desde comienzos de la crisis con unas caídas anecdóticas y mínimas en algunos meses. No parece que pueda haber una caída de la morosidad por un efecto de "exceso de pase a préstamos morosos" como en 1994 y nos podemos esperar todo lo contrario a partir de septiembre de este año cuando aparezcan las cifras exactas de las entidades que van a solicitar rescate. 
Preparémonos para ver unas tasas elevadas de morosidad en la banca en los próximos meses pero deben tomarlas igualmente con precaución; la creación de un banco malo que se va a llevar todos los riesgos en situación irregular de las entidades intervenidas va a generar, a lo mejor, una situación similar a la de 1994; un crecimiento puntual en un mes y una bajada espectacular en un momento de continuación de la crisis económica como nos anuncian sesudos analistas. Veremos qué movimientos le ocurren a la tasa de morosidad en los próximos meses.

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